14 Oct
14Oct

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, cada uno tenemos una cruz que llevar, dificultades que afrontar, así como la gracia necesaria para santificarnos, pero debemos considerar que nuestra prioridad es la salvación eterna de nuestra alma,  y en la medida de nuestras posibilidades, ayudar a nuestro prójimo a su salvación, así como, rogar por los difuntos que se encuentran en el purgatorio para que pronto vayan a gozar de la gloria eterna. 

"Los fieles de la tierra pueden alcanzar mutuamente gracias de Dios mediante la oración de intercesión (sentencia cierta)." Ludwig Ott, manual de teología dogmática, página 474. 

"Los fieles vivos pueden ayudar a las almas del purgatorio por medio de sus intercesiones (sufragios) (de fe)." Ludwig Ott, manual de teología dogmática, página 481. 

Podemos y debemos hacer mucho por la santificación de los vivos y difuntos, pero debemos convencernos de nuestra fe católica, vivir en gracia de Dios, ofrecer el sacrificio del altar, pedir la intercesión de los bienaventurados de nuestra particular devoción, particularmente de la bendita Madre de Dios. 

Mucho bien podemos hacer viviendo en gracia de Dios, por esto debemos tener en gran estima el hecho de vivir en amistad con nuestro divino Redentor, tengamos fe en la oración, en las súplicas, en la intercesión de los Santos, en el poder de la gloriosa Virgen María. 

"Lo que más impide nuestra unión con Dios es el pecado; conseguir, pues, el perdón y borrar hasta los últimos vestigios de aquel, será abrir el camino para unirnos más estrechamente a Dios." Tanquerey, compendio de teología ascética y mística. No. 272, b.

Aunque no tenemos certeza de las almas que se encuentran en el purgatorio, porque desconocemos el estado del alma en el momento de morir, es un plano que solo le corresponde a Dios, quien conoce lo más profundo del alma, la intención de cada uno, las luchas y esfuerzos que padecemos por alcanzar el Reino. 

"Las almas de los justos que en el instante de la muerte están gravadas por pecados veniales o por penas temporales debidas por el pecado van al purgatorio (de fe)." Ludwig Ott, manual de teología dogmática, página 707. 

De gran utilidad es pedir que se ofrezca la santa misa por las almas de los difuntos, particularmente es aconsejable ofrecer las misas gregorianas por nuestros difuntos más queridos, así como pedir se celebren por nosotros en la vida y después de nuestra muerte. 

"La misa es impetratoria de la misma manera que es propiciatoria; alcanza de Dios, en virtud del mismo sacrificio (ex opere operato), todas las gracias de que hemos menester para nuestra santificación." Tanquerey, compendio de teología ascética y mística. No. 273, c. 

Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne, bendecirnos, amparadnos, y alcanzarnos, las gracias necesarias para vivir en amistad con nuestro Señor Jesucristo. 


Dios te bendiga.


 

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