29 Nov
29Nov

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, gracias a Dios, tenemos tiempo para alcanzar nuestra eterna salvación, tenemos la fe católica, correspondamos con una determinada determinación para amar y servir a Dios nuestro Señor, para dar fruto de los dones y talentos que hemos recibido, realizándonos de esta manera en nuestra vida, alcanzando la plenitud en nuestra realidad, siendo felices conforme a nuestro estado y condición. 

Estemos sobrios y vigilantes como nos aconseja el apóstol san Pedro, para conservar la gracia y amistad con Dios nuestro Señor, sobrios y vigilantes para atender al fin para el cual hemos sido creados, para no cometer el error de enredarnos en los asuntos del mundo a tal grado que nos veamos apartados de la gracia de Dios por los quehaceres cotidianos. 

"Sed sobrios, y velad: porque el diablo vuestro adversario anda como león rugiendo al rededor de vosotros, buscando a quien tragar: resistidle fuertes en la fe: sabiendo que vuestros hermanos esparcidos por el mundo, sufren la misma tribulación." San Pedro V, 8. 

El mundo y las personas que trabajan para él, son demandantes, asfixiantes, a tal grado que nos demandan la totalidad de nuestro ser, no quedando tiempo para la oración, para la meditación de las verdades eternas, para cumplir con nuestras obligaciones de nuestra fe y religión que profesamos; haciéndose necesario establecer límites sanos, aprender a decir que no cuando sea en detrimento de nuestra salud espiritual, puesto que la caridad bien entendida inicia por nosotros mismos, y no convertirnos en marionetas de los demás, llegando a tal grado de que los demás sean los administradores de nuestra vida, objetivos, y tiempo en general. 

"El pecado mortal es el mal, y, a decir verdad, el único mal, que existe, ya que todos los otros no son sino consecuencia o castigo de él." Tanquerey, manual de teología ascética y mística, no. 714, II.

Es necesario hacer un alto en nuestra vida, tener ideas claras sobre nuestros objetivos de vida, administrar nuestro tiempo para bien de nuestra salud espiritual,  porque no pocas veces hay almas muy nobles y generosas que son utilizadas por las personas que saben explotar la nobleza de espíritu. 

Debemos precavernos de las personas tóxicas, que pueden tener un lenguaje muy acorde a la verdad, pero que suelen poner cargas pesadas sobre los demás, utilizar las energías de sus hermanos para provecho personal, que impiden el crecimiento personal, etiquetándolo algunas veces de soberbia y presunción, de falta de humildad, de arrogancia. 

Nos hace mucho bien el retiro espiritual, la frecuente meditación sobre el principio y fundamento, es decir, sobre el fin y motivo de nuestra estadía en la presente vida, hacer un análisis de la manera como estamos llevando nuestra vida, el empleo que estamos haciendo de nuestros dones y talentos, de nuestras facultades, quedando sentado que no se trata de hacer mucho, sino de hacer, lo que debemos hacer para bien y provecho de nuestra vida espiritual, para lograr la unión estrecha con Dios nuestro Señor por medio del estado de gracia en el cumplimiento de nuestras obligaciones de estado.  

"Bienaventurados los que se alegran de entregarse a Dios, y se desembarazan de todo impedimento del mundo." Imitación de Cristo, III, I, 1.

Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne concedernos la paz, la tranquilidad de vida, en nuestra peregrinación por este mundo a la patria eterna. 


Dios te bendiga.


  

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