08 Feb
08Feb

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, el matrimonio cristiano es una comunidad o sociedad de vida, santificado por el mismo Dios, y elevado a la dignidad de sacramento. 

Toda sociedad requiere una autoridad, la cual por disposición divina recae en el padre de familia, quien apoyado por su esposa, deben con el influjo de la gracia de estado conducir al matrimonio a la bienaventuranza eterna. 

El Papa Pío XII, en su mensaje sobre la jerarquía en la familia, instruye:

  • "Ahora bien, toda familia es una sociedad de vida; toda sociedad bien ordenada requiere un jefe; toda potestad de cabeza o jefe proviene de Dios. Por eso también la familia fundada por vosotros tiene un jefe investido por Dios de autoridad sobre aquella que se le ha dado por compañera para constituir su primer núcleo, y sobre aquellos que con la bendición del Señor vendrán a acrecentarlo y alegrarlo, como vigorosos retoños alrededor del tronco del olivo…

  • Sí; la autoridad del cabeza de familia viene de Dios, como vino de Dios a Adán la dignidad de primer cabeza del género humano, dotado de todos los dones que había de transmitir a su progenie; por lo cual él fue formado primero, y Eva después; y, como dice San Pablo, Adán no fue engañado, sino que fue la mujer quien se dejó seducir y prevaricó (Timoteo II, 13). La curiosidad de Eva al mirar el hermoso fruto del Paraíso terrestre, y su conversación con la serpiente ¡Cuánto daño causaron al primer hombre, a ella misma, a todos sus hijos y a nosotros! A ella, además de multiplicarle los afanes y dolores, Dios le dijo que quedaría sometida al marido (Génesis III, 16). ¡Oh esposas y madres cristianas! Nunca os tome de sorpresa la sed de usurpar el cetro de la familia. Vuestro cetro –cetro de amor- sea el que os pone en las manos el Apóstol de las gentes; el salvaros por la maternidad, con tal que perseveréis en la fe y en la caridad y en la santidad unidas a la moderación (Timoteo II, 15)." SS. Papa Pío XII, La jerarquía en la familia, 10 de septiembre de 1941.


No debe existir una rivalidad en los padres de familia, por el contrario, una unión en miras a cumplir la finalidad del matrimonio y a alcanzar la eterna salvación de sus almas. 

  • “Sobre todo, pensad como habéis de dar cuenta á Dios de vuestra vida, de la de vuestros hijos y de toda la familia. Tened el uno y el otro gran cuidado de enseñar á los de vuestra casa el temor de Dios. Sed vosotros santos y toda vuestra casa, pues es santo nuestro Dios y Señor; el cual os acreciente con gran sucesión, y después del curso de esta vida os dé la eterna felicidad: él que con el Padre y con el Espíritu Santo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.”  Manual Toledano, De Sacramento Matrimonii. 


El Papa Pío XII hace hincapié en la autoridad del padre de familia, pero una autoridad de amor, quien debe velar por los intereses de todos sus integrantes:

  • "Si el padre es la cabeza, amará ciertamente el propio cuerpo; si la esposa es miembro, amará igualmente a su cabeza, que es la parte principal y más responsable; si los hijos son miembros, tienen perfecto derecho a que sus padres se ocupen de ellos y los hagan órganos perfectos. ¡Oh, qué unión tan perfecta y disciplinada reina en la familia cristiana cuando todos se aman en Cristo! ¡Cuán mezquino resulta el concepto de la familia enseñado y difundido en nuestros días por ideologías laicas o subversivas! Quítese a la familia uno solo de estos elementos cristianos (el amor como deber, la jerarquía, la unidad), y la familia se convierte en una fonda sin clientes, o en una cárcel para todos, o en un cubil de anarquistas: en una palabra, en un infierno. Expresión ésta que instintivamente tiene a flor de labios las víctimas de ciertas familias que expulsaron de su seno a Cristo. Es difícil realmente que fuera de Cristo exista el amor puro y espiritual, semejante al de Cristo ‘que amó a la Iglesia hasta dar su vida por ella’." SS Pío XII, Fundando nuevos lares, 24 de mayo de 1939.


Es voluntad del autor del matrimonio, que la mujer obedezca a su esposo en todo aquello que no contradiga la ley de Dios, y que se apoyen mutuamente a fin de sobrellevar las penalidades propias de la vida y de sus obligaciones de estado.

  • "Vos, esposa, habéis de estar sujeta a vuestro marido en todo: despreciaréis el demasiado y superfluo ornato del cuerpo en comparación de la hermosura de la virtud: con gran diligencia habéis de guardar la hacienda: no saldréis de casa, si la necesidad no os llevare, y esto con licencia de vuestro marido: sed como vergel cerrado, fuente sellada por la virtud de la castidad. A nadie (después de Dios) ha de amar más ni estimar más la mujer que á su marido, ni el marido más que a su mujer… La mujer obedezca y obsequie á su marido…" Manual Toledano, De Sacramento Matrimonii. 

  • "Las mujeres estén sujetas a sus maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, de la que él mismo es Salvador, como de su cuerpo. Y así como la Iglesia está sometida a Cristo; así lo estén las mujeres a sus maridos en todo. Vosotros, maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó también a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella... Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, así mismo ama." Efesios V, 22.

  • "Pero quiero que vosotros sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón: y el varón la cabeza de la mujer: y Dios la cabeza de Cristo." Corintios XI, 3. 


Recuerden esposos, las palabras que se enuncian al final de la santa misa del sacramento del matrimonio: "Compañera os doy y no una esclava, amadla como Cristo ama a su Iglesia."

Roguemos a Dios nuestro Señor y a la Bienaventurada Virgen María, se dignen bendecir los matrimonios, particularmente los más afligidos en los días presentes. 


Dios te bendiga.




Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.