16 Feb
16Feb

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, nosotros vivimos en el mundo, pero no somos del mundo, por ello requerimos platicar con nuestro Dios, implorar el patrocinio de la augusta Madre de Dios, pedir la intercesión de los Santos, frecuentar los sacramentos, meditar  las verdades eternas, procurar la lectura espiritual, examinar nuestra conciencia, instruirnos en la fe; en suma, cristianizar nuestra vida de tal manera, que alcancemos nuestra realización, conforme al estado en que vivimos y al fin de nuestra existencia.

"No te ruego, que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, así como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos con tu verdad. Tu palabra es la verdad." San Juan XVII, 15. 

El activismo del mundo agobia el espíritu, los excesos de compromisos nos apartan de la vida espiritual; las novedades, ilusiones, desagradecimientos y desencantos terrenos conturban nuestra alma, frustran nuestra relación con Dios nuestro Señor. 

"¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús, es grave infierno; estar con Jesús, es dulce paraíso." Imitación de Cristo II, VIII, 2. 

¡Cuántas almas han sido apartadas de la vida espiritual por los compromisos del mundo!, vocaciones frustradas, hermanos que por los respetos humanos vinieron a permanecer en un estado de mediocridad espiritual. 

"Mas el que fue sembrado sobre las piedras, este es, el que oye la palabra, y por él pronto la recibe con gozo: pero no tiene en sí raíz, antes es de poca duración. Y cuando le sobreviene tribulación y persecución por la palabra, luego se escandaliza. Y el que fue sembrado entre las espinas, esto es, el que oye la palabra, pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas ahoga la palabra, y queda infructuosa." San Mateo XIII, 20.   

Necesitamos poner orden, definir el rumbo de nuestra vida, priorizar los compromisos, poner límites, y sobre todo, saber exactamente ¿qué queremos?,  ¿cómo lo vamos a conseguir?, y perseverar a pesar de las flaquezas humanas. 

Roguemos a la Santísima Virgen María nos conceda la fortaleza necesaria para mantenernos en la vida espiritual, el carácter para apartarnos de lo que nos aparta de Dios, la claridad de ideas, y la santa perseverancia en el bien y provecho espiritual de nuestra alma. 


Dios te bendiga.



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